

El Shizuoka Pot Still W se destila en el alambique de leña y se produce con cebada 100% importada. El 70% de esto es cebada turbada que finalmente resultó en un whisky bastante ligero.
La destilería Shizuoka está ubicada en las colinas boscosas al oeste de la ciudad de Shizuoka. Y esa ciudad está a una hora y media en el tren bala Shinkansen, al sur del centro de Tokio.
Taiko Nakamura se inspiró en un viaje a una destilería en Escocia y decidió construir su propia destilería cerca de su ciudad natal de Shizuoka.
Su esposa Mika importa whisky escocés con su empresa Gaia-flow.
Así que ya estaban en el negocio de la bebida. Como ingeniero, Taiko tenía su propia empresa de instalación y utilizó este conocimiento para construir una destilería que era muy tradicional por un lado y muy moderna por el otro.
Mientras camina por esta destilería bellamente ubicada, notará los hermosos fregaderos de madera, así como las válvulas de retención e indicadores de nivel de última generación.
Para los conocedores del whisky japonés, el nombre Karuizawa tiene un significado casi mítico.
Los alambiques de esta destilería desaparecida formaban parte de los planes de Taiko Nakamura cuando diseñó la destilería de Shizuoka.
Anteriormente, había comprado estos alambiques en una subasta.
Desafortunadamente, sin embargo, los alambiques karuizawa eran horribles de usar, excepto por uno.
La destilería Shizuoka ahora tiene 2 alambiques producidos por Forsyth's en Escocia y 1 alambique que previamente sirvió a Karuizawa hace mucho tiempo.
El "viejo" Karuizawa todavía en producción está de vuelta en producción. Pero incluso los 2 fotogramas "escoceses" son nada menos que especiales. Especialmente el "Wash Still" puede describirse como tal.
De hecho, esto se calienta directamente con fuego de leña en la caldera debajo del alambique.
A lo largo del día, un empleado aviva el fuego agregando leños al fuego.
Algo que ya no ocurre, pero que le da al whisky un carácter especial.
Nota de cata:
Color: ámbar claro.
Aromas: Miel con nata y pan tostado en nariz. Luego, los delicados toques de turba entran en juego con hierbas exóticas y pan de jengibre ahumado.
Sabor: galletas frescas con caramelo y nueces tostadas. Todo esto se refina con humo de turba.
Al final, dulzura a malta con un toque de humo de turba que perdura por mucho tiempo.
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